Ante la próxima
convocatoria de Huelga en el sector educativo el 24 de Octubre, desde la
Asamblea de Estudiantes de la UVa creemos necesario insistir en la necesidad de que
el estudiante se implique en una lucha que llama cada vez con más fuerza a
su puerta: A medida que la crisis agudiza su impacto sobre los trabajadores, el
Estado, en vez de favorecer a estos protegiendo sus derechos, que años de
incansable lucha y sacrificio conquistaron, se dedica a fortalecer y resguardar
bajo su seno a las grandes empresas y multinacionales del país, intentando
identificar los intereses de los trabajadores y estudiantes con los del gran
empresario y el capital.
Aun no satisfechos con
el retroceso que ha supuesto la implantación del Plan Bolonia para los estudiantes (y que supondrá también Estrategia Universidad 2015), al abrir
la Educación Pública al mercado del capital privado y consolidar al estudiante como una mercancía más; el actual gobierno
intenta por la fuerza parlamentaria introducir una nueva reforma educativa
sumada a las ya conocidas subidas de tasas, reducción y eliminación de becas y
ayudas, cierre de bibliotecas, recorte
de profesores y eliminación de carreras,
entre otras medidas, que hemos sufrido
el año pasado. La LOMCE supone otro paso más hacia atrás en la conquista de
derechos, dificultando cada vez con más
claridad el acceso de un determinado grupo social a las universidades: los
estudiantes hijos de trabajadores y personas de bajos recursos. Esto se ve reforzado
y potenciado por la precariedad de la educación primaria y secundaria, que no
asume sólo la disminución en el presupuesto general de educación (10.000
millones de € en educación y sanidad), sino que debe lidiar también con la
disminución de profesores y el aumento de alumnos.
Los recortes no
pararan, el gobierno ha anunciado que en 2014 prevé recortar otros 50.000
millones €, y que entre 2012 y 2014
tiene pensado haber recortado ya en torno a los 102.000 millones de €.
No obstante, la
Asamblea de Estudiantes de la UVa no es ingenua en su análisis de la educación.
Somos conscientes de que el ataque a la educación del pueblo no es un hecho
puntual que se puede personificar en la figura individual del ministro Wert, ni
mucho menos en un grupo reducido de dirigentes de un partido político. Sabemos
que la situación no cambiará con la sucesión de uno de los tantos partidos de
la llamada oposición, pues estos ya se han encargado de sellar la destrucción de
todo avance en los derechos sociales en la constitución (el Art. 135 de la
Constitución establece la prioridad del pago de la deuda -en su gran mayoría
privada- sobre cualquier partida social -educación, sanidad, etc-). El ataque a la educación no es aislado y se
trata de una estrategia bien definida del sistema imperante. La respuesta
que demos tiene que tener siempre en perspectiva que sin cambiar las contradicciones que alimentan la desigualdad entre
las personas nunca podremos disfrutar de una educación y unos derechos plenos.
Por esto también consideramos que es menester insistir en la imprecisión del
lema "Todo por lo público" que
prácticamente no presenta oposición alguna, pues sólo se queda en la forma y no analiza el contenido.
Desde la
Asamblea de la UVa creemos firmemente que no gozaremos de una verdadera
educación democrática hasta que no sean
los propios participantes quienes decidan la dirección que ésta debe seguir
(profesores, alumnos…); no se puede permitir que las decisiones que respectan a
la formación de la sociedad sean impuestas desde despachos, por personas ajenas
a la institución y sin relación alguna con ella, sin siquiera someterlas a
debate público, para que sea verdaderamente éstos quienes decidan .
Conjuntamente con esto
es preciso subrayar que la universidad
pública no es una institución mercantil, una fábrica de mano de obra
técnica e intelectualmente cualificada que prepara a los obreros de las
empresas; la universidad es una espacio que tiene como objetivo favorecer el
debate y el intercambio de conocimientos, la reflexión y análisis crítico de la
comunidad; este espacio no debe estar nunca subordinado a los intereses de los
mercados y empresas del capital, que no buscan el progreso de lo humano, sino
el beneficio monetario.
Asamblea de la Universidad de Valladolid
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