martes, 24 de julio de 2012

Sobre subidas asumibles de precios, ayudas al estudiante y demás eufemismos


Reproducimos aquí un texto muy interesante y completo que se ha trabajado un compañero de la Asamblea en su blog sobre la subida de tasas y los nuevos requisitos para solicitar becas.

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Escribo estas líneas con la pretensión de aclarar a muchos estudiantes de los nuevos Grados y de los planes a extinguir cómo se ha materializado, por fin, la subida de tasas, cuándo y cómo van a cambiar los requisitos para solicitar una beca y resolver de la forma más honesta que sea capaz todo el barullo que se ha formado y sigue dando que hablar alrededor de las nuevas medidas. En todo caso, no soy un observador externo, ni tengo la intención de ser equidistante con ciertas polémicas que como estudiante me perturban especialmente.
Lo más urgente es explicar de dónde surgen las modificaciones en la ley que reglaba hasta ahora y qué papel han jugado las comunidades autónomas. Como todos sabéis, el 20 de abril de este año se aprobó el mil-veces-nombrado Real Decreto-ley 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo.
Con él se impusieron una serie de medidas que en lo referente a la Universidad iban a suponer en la práctica un endurecimiento de las condiciones para recibir una beca al estudio y un aumento de los precios de las matrículas dentro de ciertos márgenes para que las comunidades autónomas decidieran en última instancia la cantidad exacta. Pero los márgenes fijados resultan tan ambiguos que podría haberse dado el caso de que si una comunidad hubiese querido reducir los precios en vez de aumentarlos hubiera podido hacerlo con el beneplácito del Real Decreto-ley.
¿Por qué? Porque la norma establece la subida en función del “precio real” de los estudios y lo que ocurre es que no tenemos en España una contabilidad analítica en nuestras universidades que nos permita saber con precisión ese coste “real”. El Observatorio del Sistema Universitario de Cataluña añade que “las pocas universidades que han intentado un cálculo preciso (como la Jaume I o la Autónoma de Barcelona), se han encontrado que no existe una metodología acordada, a nivel del conjunto del sistema universitario español, sobre cómo calcularlo”.
El Gobierno ha declarado que actualmente se cubre un 15%, aunque ellos han hecho un cálculo y el estudiante universitario en España paga, en promedio, entre el 19% y el 20% del coste de sus estudios en la primera matrícula. Teniendo en cuenta que el Real Decreto-ley fija una subida de entre el 15% y el 25% del coste, se podría haber dado el caso, como hemos dicho, de que una comunidad hubiera congelado los precios o, incluso, los hubiera bajado. Es uno de los absurdos que pueden darse, pero hay más, y de hecho se han dado.
¿Qué dice el Real Decreto-ley sobre los planes en extinción? Nada. No figura. En principio solo afectaba a Grados y Másteres, por eso en asociaciones como Alternativa Universitaria, a la cual pertenezco, no incluimos en nuestros cálculos las titulaciones en extinción y tratamos de tranquilizar a los estudiantes que habían comenzado sus estudios con condiciones más favorables. Error. Nunca más volveremos a subestimar un vacío legal de esa manera. La Junta de Castilla y León se ha aprovechado de la ambigüedad de la norma y ha aplicado el principio de igualdad de oportunidades: “Jodidos, sí, pero todos por igual”. Licenciados, Arquitectos, Ingenieros, Diplomados, Arquitectos Técnicos e Ingenieros Técnicos a apechugar también con el tasazo, aunque el Real Decreto-ley ni los mencione.
¿Y puede haber mucha diferencia de precio entre carreras de una región u otra? De hecho las hay y, por supuesto, el Real Decreto-ley no solo no lo impide, sino que lo fomenta. Permitir tanto margen sin contar con un sistema de contabilidad analítica en las universidades da vía libre a las comunidades para competir con las demás y formar un mosaico de titulaciones en España de lo más esperpéntico. “La consecuencia es una fuerte variabilidad en los precios de los mismos estudios, cursados en diferentes territorios: en cuanto a los Grados, la oscilación es prácticamente del doble, y en los Másteres universitarios (o “oficiales”), del triple”, explican en el Observatorio.
Tasazo
Por fin se ha concretado lo que allá por mayo nos supuso tantos dolores de cabeza, cuando el Consejero de Educación de Castilla y León, Juan José Mateos, enunció las líneas generales sobre las que irían encaminadas las nuevas medidas educativas. Dijo, entre otras cosas, que “la subida en primera matrícula para un curso de 60 créditos” estaría “entre los 200 y los 400 euros”, sorprendentemente sin atragantarse al pronunciar “Educación Pública” y “subida de 400 euros” en la misma frase. Ahora sabemos que no mintió, lo que no le redime de sus pecados, me temo.
Las primeras matrículas de los planes a extinguir suben de media un 38%, las segundas un36%, las terceras un 82% y las cuartas, que hasta ahora costaban lo mismo que las terceras, un 151%. De esta forma se penaliza más que nunca al que suspende.
Para los Grados, la cosa se complica porque han cambiado la forma de cuantificar el precio del crédito. El año pasado estaba estructurado en ramas del conocimiento ([1] Ciencias de la Salud, [2] Ciencias, [3] Ingeniería y Arquitectura, [4] Ciencias Sociales y Jurídicas y [5] Artes y Humanidades) y dentro de cada una había subgrupos con diferentes precios. Por ejemplo, el subgrupo 5.4, que tenía el precio por crédito más bajo, e incluía las carreras como Historia del Arte o Lengua Española y Literatura costaba 11.8 euros el crédito en primera matriculación. Ahora, están englobadas en el grupo E, que incluye otras como Filosofía, Geografía o Periodismo, y cuesta cada crédito 16.67 euros.
En el caso de las más caras, como eran Arquitectura, Medicina o Veterinaria, que tenían un precio por crédito en primera matriculación de 22.90 euros, pasarán a costar 29,54 euros, que es lo que corresponde a las que pertenecen al grupo A.
En cualquier caso, los Grados son un 10% más caros que las titulaciones en extinción y los Másteres algo más del doble que los Grados.
Por lo tanto,  una primera matriculación de 60 créditos en una carrera como Medicina pasará de costar aproximadamente 1500 euros a casi 1900 euros. Efectivamente, es una subida de 400 euros, como anticipó el consejero, pero la situación es más compleja si buceamos en la realidad. No hay demasiada gente en carreras de tanta dificultad que apruebe todo a la primera, por lo que hay que contar con la subida de precios en segundas, terceras y cuartas matrículas.
Siguiendo con el ejemplo de Medicina, vamos a plantear una situación verídica, aunque sea hipotética. Como los Grados son relativamente jóvenes, vamos a ponernos en el lugar de un estudiante de Licenciatura que pueda tener asignaturas de cursos diferentes. Alguien que esté estudiando cuarto curso que, imaginemos, tiene que matricularse de: un par de asignaturas de tercero que le fue imposible sacar el año anterior, aquella asignatura de segundo que se le atascó y todo cuarto. En total, 6 créditos de tercera matriculación, 12 créditos de segunda y 60 créditos de primera.

Precio/crédito para el curso 2012-2013
El año pasado, antes del tasazo, el curso le habría salido por unos 1616 euros. Si aplicamos los nuevos porcentajes de subida, su matrícula ascendería a casi 2300 euros. ¿Dónde están ahora los 400 euros de subida? La realidad es que ésta será la situación más común y no la del estudiante que apruebe todo cada año. Si antes se penalizaba al que suspendía con amplias subidas en segundas y terceras matrículas, ahora prácticamente se flagela a quien tope con uno de esos profesores “hueso” imposibles de flanquear, se encuentre en una situación personal complicada que le repercuta en sus estudios o sencillamente esté estudiando una de esas carreras que solo algunos eruditos son capaces de sacar a la primera.
Pero no todo está perdido, ahora tendremos la posibilidad de pagar la matrícula en tres cómodos plazos y sin intereses –no os emocionéis, no regalan cuberterías ni aparatos mágicos pela-pepinos- hasta marzo. El 40% al formalizar la matrícula, el 30% en diciembre y finalmente, en marzo, el 30% restante. “Es un detallito, no me deis las gracias”, dijo el consejero después de anunciarlo y ser vitoreado por hordas de estudiantes.
También hay algo que puede haber pasado desapercibido, pero que no deja de pertenecer a la subida significativa de precios en general: el coste del título académico para Graduados, Licenciados, Arquitectos, Ingenieros, Diplomados, Arquitectos Técnicos e Ingenieros Técnicos. Sí, el papelito que te acredita como tal o cual. En un año su precio aumenta en un 18.7%, pasando de costar 176.10 a 209 euros. Un resquicio más del que sacar tajada.
¿Becas? ¿Qué es eso?
¿Y con las becas qué pasa? ¿Han desmantelado ya el sistema? No, tranquilos, nos van a dar un año de asimilación para que no nos llevemos un soponcio así, sin avisar. Y creo que estoy empezando a ironizar demasiado, que es lo que ocurre cuando me cabreo, así que vayamos terminando con esto.
Lo reseñable es que se mantienen intactos los umbrales de renta y patrimonio que permiten o impiden acceder a los diferentes tipos de becas y que las cantidades a otorgar también son muy similares o iguales. El hachazo no lo han dado por ahí, tenemos que buscar al mayordomo asesino en los requisitos académicos.
La disposición adicional quinta establece para el curso 2013-2014 el aumento de los requisitos que va a continuación:
Aunque si no superas esos requisitos parecen dar una opción alternativa –y digo parece porque no queda demasiado claro- como la siguiente, en la que incluyen la nota media de las asignaturas superadas:
Y si algo me ha llamado especialmente la atención es la condición de haber obtenido un 6,5 en la selectividad, excluyendo la calificación obtenida en la fase específica, para poder optar a una beca al entrar a la Universidad. ¿No suponen todos estos filtros académicos un castigo para quien tiene increíbles talentos pero notas mediocres y un premio para mediocres que tienen dinero a rabiar y pueden permitirse cuantas carreras quieran? ¿Premiar la excelencia es castigar al que no es excelente? ¿Es más excelente quien mejores notas tiene? ¿Es el aprendizaje aprobar exámenes? ¿Puede uno formarse cuando está preocupado constantemente por cada décima de nota para poder seguir en la Universidad? ¿Qué es la Universidad?
Y otra más:
“No es muy razonable que la calidad se tenga que mantener a base de sobrecargar al profesorado de la Universidad.”
¿Ha protestado por ello? ¿Por qué casi nada le parece razonable y no mueve el culo del asiento?
“Suelo ser muy prudente, pero en este caso tengo que ser muy rotundo. No se está siendo sensato.”
¿Le presentamos a algún minero que le enseñe el significado de la palabra rotundidad? ¿Dejará algún día de ser prudente y comenzará a ser consecuente?
Como estudiante, tengo miedo y rabia, señor rector. Haga algo. Gánese su sueldo por una vez.

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